…deja esta relación en manos de
Dios, que sea como Él quiere, si Él lo
permite estaremos juntos, solo si Él lo
desea, cálmate y deja que haga su voluntad mientras tu haces lo tuyo, no
pienses de más, ni entres en locura por lo que pueda pasar, sea lo que sea será
lo mejor porque es su decisión, respétala… no tengas miedo, si me permite estar
a tu lado te llevaré de la mano, si decide dejarnos caminar por rumbos
distintos entonces nos ha preparado algo mejor y te dará fuerzas para seguir…
solo pon mucha atención….
Estas
fuera sus palabras cuando creí que no era posible.
...
no había experimentado esta sensación tan
bonita de querer compartir mi vida con
otra personita, he sido sumamente egoísta, me había sentido con el valor de darme la
vuelta cuando algo serio se avecinaba. Me preocupaba mucho mi futuro, ciertamente quería
lo mejor para mi y si algún día me casaba pensaba seriamente en asegurar un
futuro digno para mis hijos, también quería comprar una casa grande para mis
padres, quería hacer muchas cosas, menos casarme… pero cuando pensaba en eso no
lo tenia a mi lado, ahora me roba mas que pensamientos, me roba ilusiones y se ha colado a formar
parte de mi vida, mi plan favorito es conquistarlo cada día, a su lado he
descubierto sentirme amada, protegida, a veces descubierta pero comprendida y
respetada, con la libertad de ser YO sin temor a nada; yo no puedo evitar contagiarme de su emoción cuando me toma de
la mano y me dice que estaremos juntos, le creo, hoy quiero creerle, ya no hay
pasado, no hay futuro, soló está El.
Quiero
contarte un secreto: … ¡me ha propuesto matrimonio!, y por primera vez mis lagrimas rodaban de
felicidad, estaba nervioso pero no quitaba sus ojitos sobre mi, sus manos
temblorosas apretaban las mías y con una
sonrisa temerosa esperaba una respuesta… ciertamente me agarró sorprendida,
pensaba en no creerle, pero un TE AMO lo
corroboró todo, lo abracé y con mucha delicadeza susurré la respuesta en su
oído, solo sonrió y me abrazo dándome vueltas como loco, yo no lo podía creer,
me desconocía por completo pero su ilusión de presentarme ante Dios como su
esposa me llenaba de mucha emoción, de mucha alegría y al mismo tiempo de mucho
temor, porque si a alguien le guardo respeto es a Dios pero era mi mejor
testigo de que quería ir de su mano para toda la vida, como su esposa, como su
novia, como su amiga… para toda la vida.